La Fuerza Aérea Mexicana tiene una nueva misión: bombardear nubes. Se trata de un proyecto implementado por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), que busca abatir fenómenos naturales como la sequía, que desde julio de 2020 -según la Comisión Nacional del Agua (Conagua)- se ha venido extendiendo y profundizando en el país. El fenómeno ha sido incluso evidenciado por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (NASA, por sus siglas en inglés) que alertó con fotografías que hasta un 85 por ciento del territorio nacional se ha visto afectado en lo que va del año. La estrategia parece simple, pero es riesgosa: volar una aeronave, rodear una nube y esparcirle yoduro de plata, un compuesto habitualmente utilizado en la fotografía o como antiséptico y que junto con una solución de acetona, estimulan la precipitación, incrementando la probabilidad de lluvia hasta en un 15 por ciento, lo que representa un beneficio, principalmente para agricultores y ganaderos.
“Cuando llegamos al área, hacemos un reconocimiento previo antes de empezar la estimulación, se verifica el tipo de nubes, y una vez que se garantiza la seguridad, tomamos un punto de entrada al área y entramos por debajo de la nube, buscamos las corrientes ascendentes y se esparce el químico”, relata en entrevista con MILENIO, el capitán segundo piloto aviador, Guadalupe Rojas.
El químico, elaborado por la Secretaría de Agricultura, viaja en un tanque de aluminio a 5 mil metros dentro de una aeronave Kingair 350i, y ya fue probado en marzo pasado en el Valle de San Quintín, Baja California, y más tarde en Nuevo León y Coahuila, para frenar los incendios derivados de la sequía. El componente se asemeja a un cristal de hielo, por lo que la estimulación dependerá de la nubosidad y las condiciones meteorológicas. “Siempre necesitamos que las condiciones meteorológicas sean adecuadas, en el caso de Nuevo León, había un incendio y ayudó un frente frío, se aprovecharon las condiciones y funcionó”, explica Francisco Ramírez, Teniente Coronel jefe de Meteorología de la Fuerza Aérea Mexicana. De acuerdo con el meteorólogo, el proyecto continuará en Sinaloa, Chihuahua y Sonora, donde la Fuerza Aérea y la Secretaría de Agricultura continuarán con una nueva etapa de la investigación.