Para la tradición popular un padrino acompaña, apoya y sirve de guía moral a un ahijado o ahijada. Pero el diccionario de la Real Academia Española, tiene otros significados como el de una “persona que ampara y protege a otra, y que veces emplea su poder para facilitarle la consecución de algo”.
Esta última acepción del diccionario ocurre todos los días en la política mexicana, cuando se trata de conservar el poder. Las y los candidatos saben que en ocasiones el poder se hereda y por tanto los “padrinazgos políticos no son gratuitos” dice el analista político y sociólogo, Salvador González Villa.
Los padrinos en la política representan “un protector que facilita la entrada y ascenso en la carrera política, un amparo que los libre de la justicia en caso de necesitarlo, una fuente de préstamos financieros y una agencia de trabajo”, explica también la doctora en Geopolítica, Nubia Nieto, en su artículo La socialización de las élites políticas mexicanas a través de la corrupción.
“En México así se maneja, ‘no te doy algo a cambio de nada’” expone el profesor Salvador González Villa, quien añade que la presencia de un padrino político acompaña para siempre al apadrinado sin importar que tan lejos haya llegado.
“Ellos —los padrinos— no solo apoyan y dan línea, sino también exigen cuando llega el momento, es decir se hacen valer como padrinos políticos”, explica al profesor universitario. Bajo esa línea, esto significaría que el padrino político tendrá injerencia y mucho peso en la toma de decisiones de un gobernante y asumiría cierto poder si la persona a quien cobija gana una elección.
“Eso es una consecuencia, no puedes deslindarte una vez que ganas la elección, de quien fue tu padrino, quien te abrió el camino, quien te dio conexiones políticas y hasta votos” agrega Salvador González.
Entre los grupos políticos, pareciera que no hay otra forma de hacer carrera política si no es con el apoyo de alguien más: “El padrinazgo ha constituido, en la estructura política mexicana, un elemento de socialización que se ha reproducido en las relaciones políticas” explica en su artículo la Doctora en Geopolítica y especialista en Sociedades Latinoamericanas Nubia Nieto.
Los padrinos de Colima
Por supuesto las candidatas y candidatos al gobierno de Colima son parte de esta tradición política y no tienen empacho en evidenciar públicamente quienes les han impulsado.
Durante la toma de protesta ante cada partido que la ha postulado, Mely Romero Celis agradeció públicamente al ex gobernador Fernando Moreno Peña y al ex secretario de Gobierno, ahora presidente del PRI Colima, Arnoldo Ochoa González.
“Seré la mejor gobernadora de Colima, y no es un mérito propio. Sé que seré la mejor gobernadora de Colima, porque cuento con la experiencia y el sabio consejo de quienes ya han tenido esta máxima responsabilidad (…) gracias licenciado Fernando (Moreno Peña), licenciado Elías (Zamora) y licenciado Arnoldo (Ochoa)” dijo Mely Romero ante simpatizante del PRI, PAN y PRD.
Para el analista político Salvador González Villa, la candidatura de Mely Romero obedece a la intervención de Fernando Moreno Peña, pues considera que “el momento político de Mely Romero ya había pasado”, y es notaria la intervención del ex Gobernador, por las diferencias que tuvo en el pasado con Martha Sosa, quien también aspiraba a ser la candidata al gobierno de Colima por la misma coalición.
Aunque para el politólogo esto representó un error en la estrategia política: “si comparamos a Mely Romero con Martha Sosa, de alguna manera Martha Sosa pudo haber representado algo diferente y más aceptable (…) Mely Romero es la candidata porque Fernando Moreno la respaldó no de forma fortuita, la respaldó por la diferencias con Martha (Sosa)”.
Al igual que Mely Romero, la candidata de Morena y Nueva Alianza, Indira Vizcaíno Silva agradeció públicamente a su padre durante su registro como candidata al exterior del Instituto Electoral del Estado: “mi papá, que desde que tengo uso de razón me formó con el ejemplo, ese hombre que rápidamente se convirtió en mi inspiración y que desde niña lo acompañé a recorrer las calles a escuchar a la gente, y a estar siempre del lado de las luchas y causas sociales. Gracias don Arnoldo (Vizcaíno)”.
Oculto en el sentimentalismo, el agradecimiento de Indira hacia su padre evidencia el apoyo que ha recibido: “No hay que ser ingenuos para no pensar que el señor Arnoldo Vizcaíno, tiene una prerrogativa y tendrá una ventaja política que su hija gane la gubernatura, evidentemente su papá va tener una ascendencia muy marcada por la cercanía con su hija” asegura el politólogo y sociólogo Salvador González.
“Esto ya viene desde antes —añade el analista— recordemos que Indira Vizcaíno llega a la presidencia de Cuauhtémoc por el PRD y su papá ya era una figura política de peso en ese partido. El vínculo familiar no se rompe, sino que se mantiene y seguirá preservándose” menciona González Villa.
Para la Maestra en Sociedades Latinoamericanas, Nubia Nieto, “el acceso, permanencia y ascenso al poder en México ha estado fuertemente ligado a la familia” sin embargo, en una investigación sobre corrupción en México, la misma autora refiere que las relaciones familiares dentro del poder “deja la puerta abierta a la producción y reproducción de prácticas sociales fundadas en la corrupción”.
Por su parte Leoncio Morán Sánchez presenta un perfil diferente de quienes le ayudarían alcanzar el gobierno de Colima, y es que siendo “un panista disfrazado” dice Salvador González, “no puedes en el ámbito político deslindarte de tu pasado y tus compromisos, el sector empresarial sobre todo está muy identificado en la figura de Locho”.
Sin embargo, este sector empresarial que podría impulsar la campaña de Locho, tiene un limitante y es el propio territorio de Colima. “Él podrá estar confiado de tener vínculos estrechos con empresarios, pero Locho no es una figura de proyección más allá de lo estatal”, asegura el analista político.
Finalmente el caso de Virgilio Mendoza candidato del Partido Verde Ecologista de México, no difiere mucho al de Mely Romero, ya que “son parte del mismo juego” asegura el profesor e investigador en temas políticos e históricos Salvador González Villa.
“La relación entre Mely Romero y Virgilio no es una diferencia de fondo, sino es juego político que tienen la misma orientación, en ambos casos hay mucha coincidencia o afinidad política. No es algo diferente a la coalición (Va por Colima)” aclara González Villa.
Estamos hablando que detrás de Virgilio Mendoza, también estaría el mismo grupo del ex gobernador Fernando Moreno Peña y el actual presidente del PRI en Colima, Arnoldo Ochoa González.
Es decir, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) estaría jugando con dos cartas hacia la gubernatura de Colima, para tratar de contrarrestar una tendencia a nivel nacional, en la que los candidatos de Morena representan una fuerza local que se busca destruir, todo con la intención de preservar el poder.