CON VALOR AGREGADO
Por: Lic. Anali de Jesús Canett Garcia
Decidir transformar la planeación educativa con actividades creativas, puede traer satisfacciones inolvidables para todos los involucrados, pues impulsa a cada alumno a fortalecer o descubrir habilidades y conocimientos durante su formación.
Pero debemos recordar que en la aulas, está el aprendizaje académico, las ciencias sociales y exactas, la capacitación profesional y la relaciones entre amigos. La educación, en realidad es un tema de casa.
En estos tiempos, las y los profesores hemos tenido que adaptarnos a un mundo digital al que muchos no estaban preparados. La docencia, es un aprendizaje constante, pero también la crianza de las y los hijos. Decidir cambiar la manera de criar a nuestros hijos, cancelando todos aquellos hábitos dañinos en la familia, para crear espacios que impulsen la autoestima y la seguridad, también nos puede llevar al mismo camino.
Sin duda alguna, tenemos mucha responsabilidad sobre las mentes de pequeña edad que tienen hambre de aprender e imitan a los adultos los rodean. Desafortunadamente en muchos casos, también absorben: el desinterés, miedo, abandono emocional, violencia verbal, discusiones, poca o nula comunicación, descalificaciones, etiquetas; por parte de los papás y/o de los profesores, pues al ser tratados así, quizás sea lo único que aprendan a ofrecerle a la sociedad.
Los que decidimos ser docentes o tener familia, adquirimos una responsabilidad ética y moral de guiar y acompañarlos para enseñarles como conducirse en la vida con autoestima, valentía y confianza necesaria para aprender a tomar riesgos y hacerle frente a las consecuencias que de ello se deriven; No podemos dejarlos “solos” en un escenario, en donde el protagonismo radica en ellos mismos, pues de la mano de nosotros (escuela-casa), deben disfrutar del camino para lograr “redescubrirse” constantemente.
La familia y la escuela, marcan el camino del ser humano, y aunque unas repercuten más que otras, los que estamos al frente, siempre debemos conducirnos con las mejores actitudes y aptitudes para no permitir que se pierdan los valores y el deseo de superación en nuestros alumnos e hijos, y esto, es un trabajo que se debe realizar todos los días, pues las niñez nunca deja de aprender, ya que, a través de las experiencias en casa o en la escuela, construyen significados de las palabras, actividades, situaciones, etc., mismos que ayudan a entender su propia vida.
¡Despertemos! no podemos quejarnos de cómo está la sociedad y quedarnos con los brazos cruzados esperando que “otros se ocupen de eso”, porque entonces, somos parte de este gran problema.
Indudablemente, formar generaciones con un valor agregado, es tarea de “todos”, desde pequeños necesitan aprender a trabajar en equipo, tener empatía y saber ser solidarios a su alrededor, perder los miedos a equivocarse para abrirle paso a los triunfos, tener la humildad para aprender de los demás, y sobre todo, amarse a sí mismos, ser agradecido con quienes le enseñan, lo criaron y le ayudan a ser mejor persona, a admirar y respetar a los seres vivos y a la naturaleza.
La escuela, solo representa un medio para que tu hijo crezca y adquiera competencias para hacerle frente a un mundo exigente, es la sociedad quien lo recibe al final y es ella, quien recibe una parte de ti como padre o madre, porque hasta en la escuela, nunca dejamos de ser el reflejo de la educación que tenemos en casa; la solución de una sociedad transformada la tenemos ahí, en el mismísimo hogar, o…. ¿Tú qué opinas?