En México, el estado de Colima ha sido azotado por una guerra por el control de la creciente producción y tráfico de drogas sintéticas.
Colima, uno de los estados más pequeños de México, es la zona donde más se concentran los homicidios en América Latina. En 2022, la tasa de homicidios de Colima llegó a 110 por cada 100 mil habitantes, según cálculos del Instituto para la Economía y la Paz. Esta fue la tasa de homicidios más alta del estado y superó en más de cuatro veces el promedio nacional de ese año.
La violencia en Colima está íntimamente ligada al Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) y al Cartel de Sinaloa, que dominan la producción y el tráfico de fentanilo y metanfetamina en México.
Los asesinatos allí han aumentado a la par con la explosión del mercado de drogas sintéticas de Estados Unidos, particularmente el de fentanilo, dado que los ambos se enfrentan por el control de las rutas de tráfico de precursores.
Los homicidios en el estado no habían sido motivo de preocupación antes de 2016. Pero en abril de ese año, los asesinatos aumentaron un 943%, en comparación con el mismo mes del año anterior. El aumento se atribuyó a un conflicto entre el CJNG, el Cartel de Sinaloa y los Zetas ―un grupo criminal que para el momento ya se encontraba bastante debilitado― por el control de Manzanillo, el puerto de Colima en la costa del Pacífico, a donde llegan los precursores químicos provenientes de Asia, generalmente de China, utilizados para producir drogas sintéticas.
Desde entonces, los asesinatos continúan aumentando.
El año pasado fue particularmente sangriento. Tanto así, que la capital del estado, también llamada Colima, fue considerada la ciudad más violenta del mundo. Dicha violencia también estuvo relacionada con el control de Manzanillo, así como con las luchas al interior de los grupos. A principios de año, los sicarios del CJNG en la ciudad, los Mezcales, se retiraron de la alianza, alegando que el líder del CJNG, Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”, había muerto. Luego se presentaron varios enfrentamientos, que dejaron docenas de muertos en dos meses. La respuesta del gobierno consistió en enviar 2.000 miembros de la Guardia Nacional a la ciudad.
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